Translate

domingo, 19 de abril de 2015

PEÑA VENDIMIA ( 2009 metros ) por Brañarronda

Rubén y Kike bajo un tejo centenario y una extraña inscripción celta en el Valle de Brañarronda
Ruta realizada el 22 de Marzo del 2015

Integrantes: Rubén y Kike

En los montes de Laciana, situados al noroeste de la provincia leonesa, hay un valle que por su densa e inalterada cobertura arbórea destaca como ningún otro en la región del alto Sil.

Este es el extraordinario Valle de Brañarronda.

Podemos acceder por la carretera comarcal LE-493 que desciende del Puerto de la Magdalena viniendo desde León y el valle de Omaña o tomando el desvío hacia Murias de Paredes que existe en Rioscuro viniendo desde Villablino.

Desde mi punto de vista, la ruta que hoy publico, no es nada cómoda.
Durante buena parte del recorrido transcurrimos fuera de senda, sumergidos bajo el singular bosque formado por: abedules, robles, tejos, arces, avellanos, acebos y hayas ( entre otros ).
Tras dejar atrás el bosque alternamos aisladas praderas con densas manchas de escobas por  laderas con fuerte pendiente.
También el descenso de la Peña Vendimia en esta ruta semicircular se puede calificar como multi aventura salvaje hasta llegar a las Brañas de Murias que se encuentran en la cabecera del valle.

A pesar de que en la primera parte del recorrido transcurre una pista y hoy día se encuentra marcada parcialmente por la ruta denominada "Brañarronda y los Tejos", el resto del ascenso es intuitivo buscando los huecos para el paso que nos permite la vegetación.

Por lo tanto este ruta no es recomendable salvo para aquellos montañeros que les guste pelear con las escobas y lidiar con el entramado de ramas bajeras de las variadas especies arbóreas.

Sí, en cambio, durante la avanzada primavera y quienes sean apasionados fotógrafos de la flora cantábrica, pueden hallar en este valle un tesoro simpar.
El extenso y denso bosque de Brañarronda tampoco se muestra idóneo para la fotografía de fauna.
Aunque, sin duda, en él, viven numerosas especies. Algunas de ellas las podemos intuir por el rastro que dejan sus huellas en el barro o la nieve o por el melódico canto de las distintas especies de aves que, seguro, distinguirán los ornitólogos expertos.

Otro de los atractivos lo podemos encontrar en el arroyo que ha modelado el valle  con sus numerosos saltos, cascadas... de los cuales, la mayor parte, se escuchan pero no se observan a menos de que remontemos el arroyo siguiendo sus aguas yendo "hacia lo salvaje".

Pero lo que más ha llamado la atención de Brañarronda y a lo que se debe el PR indicado al comienzo del valle son los Tejos centenarios -Taxus baccata-.
A media distancia de la cumbre y poco antes de salir a las campas donde se ubican las últimas Brañas podremos encontrar los ejemplares de tejo más singulares.
Uno de estos "abuelos" es el de mayores dimensiones que conozco en toda la provincia de León.
A este Tejo nos condujo hace unos años al grupo de Ecologistas en Acción de León, Luis Fernández; autor del libro "Plantas silvestres de la comarca de Laciana".
De aquella excursión recupero aquí la pose del grupo que nos hicimos en la base de tal extraordinario ejemplar de Tejo.


Tras otras dos visitas a este valle, incluida esta última, me ha sido imposible localizar de nuevo este mismo árbol.

Necesitaré volver...y lo haré con mucho gusto.

Para mí siempre es un auténtico placer pasear por este maravilloso bosque.
Mi capacidad de asombro no tiene límites en cuanto me sumerjo entre estas joyas botánicas que tienen en Brañarronda su refugio y el hábitat idóneo que les ha propiciado alcanzar tales dimensiones.

Pero empecemos de una vez con el relato de esta última ruta y su extensa muestra gráfica.


Mapa del recorrido propuesto para el ascenso/descenso de Peña Vendimia por Brañarronda.
 
Para llegar a la pista que se adentra en el valle de Brañarronda debemos dejar atrás el pueblo El Villar de Santiago situado en la carretera que baja del Puerto de la Magdalena a Rioscuro.
 
A unos dos kilómetros de esta localidad lacianega situada en el largo valle del río Bayo que aporta sus aguas al Sil, se encuentra la pista a mano izquierda al término de un quitamiedos de la carretera.
Si vamos despacio y atentos podemos ver el panel interpretativo que han situado a la entrada del camino ( 1050 metros ).
 
En los primeros metros de ruta a pie por la pista del PR "Los Tejos de Brañarronda" perderemos unos metros de desnivel para llegar al puente que cruza el río Bayo.
 
Tras el paso del río la pista ganará ya de forma continuada desnivel primero remontando las aguas del Río Bayo por la ladera de nuestra derecha hasta dar con la confluencia del valle de Brañarronda virando al sur.
 
Durante la primera parte del recorrido y si seguimos las marcas del PR no tendremos pérdida.
Al menos hasta alcanzar las primeras Brañas ( 1175 m )  que dan nombre al valle.
 
Es a partir de cuando alcancemos esta altura, justo al lado de una idílica cabaña situada a mano izquierda, cuando tenemos que tomar una decisión.
 
Si queremos continuar el ascenso siguiendo el arroyo Brañarronda tomaremos la pista de la izquierda que al poco se pierde en longitudinales praderas que anteceden al denso bosque.
 
Pero si queremos hacer la ruta corta y marcada como PR de visita a los Tejos tomaremos la pista de la derecha. Esta última que pasa a ser senda termina también termina desapareciendo sobre los 1300 metros de altitud.
 
Nosotros en este día tomamos la primera opción saliéndonos del PR.
Los contados neveros que aun quedan a esta altura han podido ocultar la senda que se parece adivinar al lado del arroyo.
Aprovechamos la intermitente senda que sortea las zonas de la masa arbórea más intransitables.
 
Pasamos por varios ejemplares de Tejo centenario, otros tantos "abuelos" de roble y numerosos ejemplares de también longevos abedules.
 
Largo y lento pero muy ameno es el trayecto forestal hasta llegar a la Braña las Murias.
Aquí el valle se remansa en escalonados balcones, llamadas pozas, saliendo a una zona más despejada.
 
Desde este punto atacaremos la empinada ladera de nuestra derecha para ascender por ella entre los lugares conocidos como la Poza de la Cirvienza y Poza Feismayor.
 
Ladera recubierta en su primera mitad por zonas herbosas, manchas de escobas y bosquetes de abedules.
 
Unos 400 metros de desnivel debemos aquí superar marchando monte a través para alcanzar la uniformidad del manto de nieve que nos encontramos sobre los 1800 metros poco antes de alcanzar el cordal norte de la peña Vendimia.
 
Llegando al alto del cordal la pendiente se suaviza y es ahora donde disfrutamos de las vistas al valle que acabamos de abandonar mirando al este y de otras vistas al largo valle contiguo y boscoso de Brañuelos hacia el Oeste que se inicia en la localidad de Rabanal de Abajo muy próximo a Villablino.
 
Sin pérdida encumbramos la Peña Vendimia ( 2009 metros ). Desde aquí llegamos a observar el largo pero transitable cordal que une esta al Pico Nevadín ( 2077 metros ) situado más al sur.
 
Pero todavía son los días cortos como para plantearnos este "plus" en la ruta.
Sí, en cambio, en otra ruta durante la primavera más avanzada, he conseguido completar.
 
Para el descenso del pico seguiremos el cordal que pasa por Cascaro Redondo ( 1986 metros ) y que desciende al Collado de la Muezca ( 1839 metros ).
En la tira de imágenes de la ruta hoy publicada nos aventuramos para el descenso a partir de este collado, bosque a través, hasta enlazar con la Braña de Murias.
 
Recomiendo, no obstante, otra bajada también por bosque que se accede siguiendo el cordal pasando el collado hacia el Pico la Muezca ( 1894 metros ) para perder metros por la pista que marcha por el cordal norte de este pico para abandonar la misma a una altura de 1650 metros y descender bajo  la pendiente ladera vestida de abedules que llega de nuevo a la Braña de Murias y desde la que se coge la senda que desciende por el valle al PR de los Tejos hacia el resto de las Brañas que nos topamos por la mañana.
 
Desnivel acumulado de ascenso:  1098 metros.
 
Distancia total: Casi 13 kilómetros.
 
Tiempo empleado: Unas ocho horas
 
Dificultad: Alta si hay nieve y media por la falta de señalización.
 
 
 

Vemos en este día varios grupos de corzos...pero todos ellos se encuentran en el Valle de Omaña que lo recorremos en coche en su integridad para llegar desde León al Puerto de la Magdalena.

Durante el trayecto en coche nos sorprenden varios aguaceros.
Esperemos que el día mejore y nos deje hacer la ruta sin la incómoda lluvia.

Aun y todo...como suelen decir; "Si quieres disfrutar del arco-iris,  has de aprender primero a soportar la lluvia".

Hemos superado el alto del Puerto de la Madalena y a media altura del mismo, bajando hacia Rioscuro, tras pasar el pueblo Villar de Santiago, hemos aparcado nuestro coche en un apartadero de la carretera.

Andaremos unos metros por el asfalto hasta enlazar con la pista que nos conducirá a Brañarronda.

Este panel interpretativo al comienzo de la pista es relativamente reciente.
Aquí se nos explica el itinerario para conocer sus famosos tejos.

Ya en este mismo cartel nos anuncia lo siguiente; "En el entorno de Brañarronda se pueden observar algunos tejos de más de seis metros y medio de diámetro que superan los mil años de antigüedad."

Comenzamos el paseo por la pista hacia las Brañas.
 
Viola riviniana

Lithodora diffusa



Por los primeros metros de la pista descenderemos al río Bayo.
El primero de los valles salvajes que pasamos de largo es el del arroyo Barroso que se nos queda a mano derecha.
Para conocer las entrañas de este valle no se distingue desde aquí ni una mísera senda...
Mejor.

Sobre el puente del río Bayo retratamos a este caudaloso aporte del Sil aguas abajo...

Y aguas arriba.
 
Había traído conmigo los esquís de travesía...pero ya en el puerto de la Magdalena, aguas arriba, no existía continuidad de nieve.
Al final los dejé en el coche.

Mi amigo Rubén, que alquiló las raquetas ayer, espera usarlas en cuanto ganemos desnivel.

El árbol dominante dentro de este valle es el abedul -betula pendula- que veremos hoy su blanco tronco que la caracteriza miremos donde miremos.

Las nubes que nos acompañaron en el trayecto hacia aquí aun se agarran a las cumbres a las que nos dirigimos.
Esperamos que el viento las arrastre lejos y se nos muestren las montañas en todo su esplendor.

El arce es otro de los árboles que podremos observar en la primera parte del recorrido.
Acabamos de pasar el invierno...y todavía se muestran desnudas las copas de los árboles.
Por ello resulta complicado saber distinguirlos por la textura y color de sus troncos.


Pasando al lado de la primera Braña del valle.
 
Esta otra es la Brañarronda.
De esta cabaña hace uso nuestro conocido Luis Fernández al que mencioné al comienzo de esta entrada.
Menudo lujo poder pasar aquí unos días...

Próximos a esta cabaña se encuentra la desviación por la que nos separamos de la senda marcada como PR para tomar otra pista que nos conduce al lado del arroyo.

Corydalis bulbosa

Como vemos arriba se nos queda la cabaña de Luis y ahora descendemos por esta senda al arroyo de Brañarronda.

La senda nos conduce a rústicos puentes como este...
 
Y metros más arriba...la senda parece desdibujarse a su paso por las praderas que anteceden al tupido bosque.


El bosque es tan denso que apenas deja crecer matorrales o arbustos bajo sus copas.
Destacan los numerosos acebos y su siempre verde y brillante hoja perenne.

El arroyo ya nos anunciaba su fragosidad desde la distancia...ahora, a su vera, nos sorprende con la vistosidad de sus saltos.

Al lado de esta bellísima cascada podemos observar un joven ejemplar de Tejo.

Fuera de senda seguimos ganando altura por el limpio sotobosque.
 
El trayecto es totalmente intuitivo.
No tendremos pérdida si tomamos como referencia el principal curso de agua.

Uno de los detalles más sorprendentes de este valle y que hoy nos topamos por sorpresa es este símbolo celta grabado en una lisa piedra ubicada bajo un retorcido y centenario Tejo.

En mis dos visitas anteriores al valle no visité este rincón y por lo tanto desconocía su existencia.

- ¿ Qué querrá decir su simbología ?-



Numerosos ejemplares de Tejo se prodigan a esta altura.
 

Escondidos bajo otra cobertura de abedules, robles, arces y hayas...tenemos que ir poco a poco redescubriéndolos.

Aquí, mi amigo Rubén, me retrata al lado de este enorme ejemplar.
 
Los longevos robles vistos a nuestro paso también son dignos de admiración.
Narciso

Otro roble centenario.

Salimos a un pequeño claro donde recibimos agradecidos los primeros rayos del sol de este día.
La luz del astro solar también ilumina de forma esplendorosa este verrugoso y longevo tronco de roble.

La nieve es continua en todos los claros a partir de esta altura.
Pero todavía nos queda atravesar más tramos de bosque, manchas de escoba y empinadas laderas.

Avanzando bajo los abedules.

Ya tenemos a la vista nuestro objetivo de hoy y el collado la Muezca.
Collado al que conduce el PR de los Tejos que vimos al comienzo de la ruta.
No nos preocupemos en buscar...no existen señas indicativas a partir de la Braña de Murias.

Entre los avellanos, acebos y abedules seguimos avanzando como podemos.
Buscamos los huecos entre los árboles que a buen seguro utilizarán también los habitantes naturales de este valle para desplazarse.

Alcanzamos este rellano donde encontramos los restos de una antigua Braña.
 
Llegamos a la conocida Braña de Murias.
Ubicada en un lugar idílico...

El arroyo de Brañarronda serpentea en esta ancha balconada que forma uno de los varios "escalones" situados en la cabecera del valle.


Una vez dejada atrás la Braña de Murias cruzamos las praderas para atacar la fuerte pendiente de nuestra derecha en que asciende en diagonal hacia el cordal norte de peña Vendimia.

Otras Brañas en muy buen estado de conservación se encuentran desperdigadas en las inmediaciones.
Hacia ellas solo se puede llegar andando.
Un lugar con encanto para poder aislarse un tiempo del estresante ritmo que nos marcamos la vida en las ciudades.

Una mirada atrás...
 
Enfilamos la ladera noreste situada entre la Poza la Cirvienza y la Poza Feismayor.
Cuatrocientos metros de desnivel nos esperan hasta alcanzar el cordal por una dura y fatigosa ladera.

Los primeros metros los salvamos por lo que parece una senda parcialmente invadida por la vegetación, un curso de agua y las ramas de lindantes árboles que por el peso de la nieve han sucumbido plegándose hasta el camino.

Pasamos al lado de los tejos situados a mayor altura en el valle.
 
Desde la ladera retrato con zoom hacia los picos donde nos dirigimos.
Bajo la vertical cara norte de la peña Vendimia se ubica otra balconada que parece tener origen en el pasado glaciar de estas montañas.

Vamos ganando metros con paciencia y esfuerzo.
 
Vistas hacia el collado la Muezca por el que pasaremos en el descenso del pico.
En su vertical se distingue otra explanada.
Es la Poza Feismayor.

Estas manchas de escobas nos ponen más difícil el ascenso.
No nos importa.
Lo importante es regular el paso a la inclinación por la que progreses y a los obstáculos que nos encontremos.
Así no nos agotaremos.




Es a partir de aquí cuando ya encontramos continuidad de nieve.
Me acuerdo de mis esquís que quedaron en el coche...pero hubiese sido muy fatigoso cargarlos hasta aquí por el intrincado bosque.

Rubén sí que aprovecha a calzarse sus raquetas.
Para ello las ha trasportado hasta aquí.

De no ser por la cobertura nivosa esto sería un gran manto de escobas.
Menos mal que aun se conserva la nieve suficiente para que podamos disfrutar de estos contrastes.


La nieve esta suficientemente dura como para poder puntear con las botas y hacer escalones con ellas.
Si hubiese estado más helada me habría colocado los crampones que hoy también llevo por precaución.

Mi amigo Rubén se distancia de mi posición.
Para él y las raquetas que calza esta es una ladera con excesiva pendiente.
Progresa con más cautela.

Alcanzado el cordal norte de la peña Vendimia observamos otras montañas que se yerguen en la distancia.
Nos llama la atención el pico de Cueto Nidio donde se ubican unas antenas de televisión y radio.
Muy posiblemente para dar cobertura a la población de Villablino y alrededores.

Zoom hacia el pico del Cueto Nidio.

Los hielos se quedan adheridos a las escobas.
Hoy hace frio a esta altura y los vientos dominantes del noroeste moldean estas banderolas blancas.

Cuanto más hacia el norte se encuentra más cubierto por las nubes.
Desde aquí nos taparían las vistas del Muxivén, del cornón, Pico Aspia, etc.

Si en cambio tenemos vista clara hacia los montes situados al oeste.
Los Ancares al fondo...y este del primer plano. Ni idea.
Tras dejar atrás la fuerte pendiente de la ladera que nos proyectó hasta el cordal, esta suave subida con la nieve venteada, nos parece extremadamente fácil.

Llamo a Rubén para que supere mi posición y pose delante mío.
He visto una panorámica que merece tiempo y pose humano para apreciar como se merece...

Esta es la foto que buscaba...extraordinario -¿no?-
 
Llegando a la cima.
 
Desde la cumbre de Peña Vendimia retrato el cordal que continua hacia el sur y que une esta montaña a la del Nevadín.

Mas distantes se encuentran el inconfundible pico Catoute ( 2112 metros ) y su inseparable Peña Cernella ( 2119 m ). *Alturas tomadas del mapa del IGN.

Otras vistas en la que se observa el pico Tambarón ( 2099 metros ).
 
Rubén en la cumbre del Pico Vendimia


Kike posando en la cumbre del Vendimia
Narcissus asturiensis

Mientras comemos en lo alto del pico observamos moverse una silueta en la distancia próxima al pico Nevadín.
Con el potente zoom de la cámara capto al montañero solitario en la blanca ladera del pico.
Atrás, imponente, se yergue el pico Catoute.


Iniciando el descenso del pico hacia el collado la Muezca.


El valle que sube desde el pueblo de Vivero hacia el Nevadín se encuentra bastante más nevado.
Hubiese sido una buena opción para la travesía con esquís...

Los Crocus ya empiezan a despuntar tras retirarse la superficie nevada.
 

Vistas desde el cordal hacia el Valle de Brañarronda.
 
Hacia el sureste y con el zoom capto estas dos cumbres en las que espero no errar en su identificación...
...y si es así espero que me corrijan los montañeros y lectores de este blog.

Rubén posa con vistas al cordal de unión Pico Nevadín-Peña Vendimia.
 

Ahora asoma otra distinguida cumbre hacia el suroeste.
Este es el pico Valdeiglesias ( 2134 metros ) del que guardo muy buenos recuerdos.


Una ladera muy pendiente nos separa del collado la Muezca.
Por mi parte busco donde asoman escobas para descender.
La nieve aquí esta muy dura y prefiero tener alcance en donde agarrarme.

Rubén tiene un poco más apuro para perder esos metros hacia el collado.
Sigue calzando raquetas y estas le impiden puntear debidamente en la superficie helada.



Llegamos al Collado la Muezca ( 1839 metros ).
Desde aquí recomendamos para el regreso coger la opción marcada en la imagen y relatada en la descripción de la cabecera.
Por nuestra parte nos decantamos por adentrarnos de nuevo en el valle desde el mismo collado.

Kike llegando al collado la Muezca

Tras unos primeros metros de fuerte pendiente y escobas alcanzaremos una pala nevada por la que progresaremos sin mayores dificultades.



Este paseo, excepto el montañero solitario que vimos desde la cumbre hacia el Nevadín, lo disfrutamos en exclusiva mi amigo y yo.
No podemos encontrar mayor tranquilidad y goce.

Vista atrás hacia la parte descendida desde el collado la Muezca.
 

Vistas hacia la cara norte del pico Cáscaro Redondo

Recargando de nuevo las cantimploras en este manantial sin nombre conocido.
 

Evitando la vaguada del arroyo, oculta aquí por la nieve, seguimos perdiendo metros hacia la Braña de Murias.


Omnipresente la densa cobertura del abedular.
 
Vistas hacia los picos que asoman por el norte cerca de Cabrillanes.


Pasando al lado de este esplendoroso acebo.


Es una gozada alcanzar las idílicas praderas de Braña de Murias.
 


Braña de Murias

Tiene pinta del ser el pico Cornón...

-"Alguien asoma bajo el nido del Cuco".-
 


Arroyo de Brañarronda

Numerosas cascadas se intuyen desde la desdibujada senda que marcha paralela al curso de agua.
El tupido bosque no nos deja retratarlas completas.


Esta vez si que enlazamos con el PR marcado de los Tejos para llegar de nuevo a las Brañas situadas en el mediano del valle.

Brañarronda
Diente de perro -Erythronium dens-canis-

Ahora si.
Las nubes han por completo desaparecido y ahora, la Peña Vendimia, se nos muestra con las luces del atardecer en todo su esplendor.

Andando por la cómoda pista.
 
Desviación de la izquierda tomamos durante el ascenso para remontar siguiendo el arroyo.
Desviación de la derecha es el PR marcado de los Tejos por el que hemos vuelto hasta este punto.





Único ejemplar de fauna no salvaje que nos encontramos en el día de hoy.

Prímula vulgaris

En nuestro regreso con el coche a León por el valle de Omaña encontramos esta pancarta colgada en la fachada de uno de los pueblos.
Cuando existen privilegios de los altos mandatarios conseguidos de forma fraudulenta esto irrita considerablemente a los vecinos.
Algunos nos lo hacen saber a todos.
Buena manera de divulgarlas.
 
Hoy parece que nos ha sobrado horas de luz.
Quizás podríamos haber ampliado recorrido.
Para otra ocasión si cabe.
- ¡ Que cabrá !-