En el puerto de Riofrio con la cara norte del pico Curavacas como telón de fondo
Mapa de la 7ª Etapa de la Transcantánbrica
Posiblemente la etapa mas dura y exigente de toda la Transcantábrica. Ya nos lo comentaba Juanjo Alonso en su libro-guía.
Superó con creces todas nuestras expectativas.
Mientras tomábamos el desayuno en el hostal de Espinama, donde comenzamos la etapa de hoy, ninguno de los dos pensamos en que ésta sería la última comida en condiciones que haríamos en mas de 24 horas en adelante...
Ya desde el mismo pueblo tomamos el camino que se dirige al pueblo de Pido y que tras salvar unos primeros metros no-ciclables de senda de fuerte pendiente, llegamos al magnífico camino o pista GR-203, también llamada Ruta de la Reconquista. Caminos llenos de Historia donde El Rey Astur Pelayo y el moro Muhuza Gobernador del antiguo reino de Asturias dirigieron sendos bandos en las primeras batallas épicas de la Reconquista. Donde la morfología y las inclemencias del clima en estas montañas jugaron un papel determinante en las victorias de los nativos Astures sobre los invasores moros.
Vamos pedaleando cómodamente por el GR, protegidos del intenso sol por la fresca sombra del hayedo. Bosque que se extiende y cubre toda la ladera a lo largo de 12 km hasta salir al pueblo de Cosgaya.
Antes fijé el objetivo de mi cámara, retratando al Pico Coriscao que deja asomar su cumbre hacia el sur por encima de la copa de los árboles. –“Bonita cara norte de este pico que tan buenas rutas presenta para el esquí de travesía en su Cara Oeste.”-
Enfrente se puede ver el Pico Coriscao
Macizo Oriental de los Picos de Europa
Nueva vista del Macizo Oriental de los Picos de Europa
Golondrina
Foto: A la izquierda Morra de Lechugales: máxima cota del macizo oriental.
Llegamos al pueblo de Cosgaya y preguntamos a uno del pueblo sobre la ruta que llega al Collado de Dobarganes y que en los mapas que disponemos ni tan siquiera marca senda. Nos dice; -“¡Con estas bicis no vais a subir¡. Está muy complicado ( a lo que suma dando un resoplido...)”-
Nos mira como preguntándonos si realmente estamos seguros de querer subir...
-“¡Mirad¡. Si conseguís llegar hasta aquel prado que os señalo y que asoma entre el bosque.... de allí hasta el collado ya no está tan difícil.
Lo complejo es conseguir llegar hasta allí y no se os ocurra meteros en el bosque hacia el Éste porque ya no salís...”-
Con éstos ánimos e indicaciones nos aventuramos a por ello.
Subiendo al collado Dobarganes
Ya en la senda que asciende, barro, piedras y fuerte pendiente nos hace “descabalgar” de la bici.
Nos cruzamos con una familia de montañeros que nos empiezan a seguir, fiándose de nuestra orientación.
Los caminos se pierden entre los prados de la cabecera del valle. Creemos que ninguno de estos son el que nos indicó el paisano pues no alcanzamos a divisar el pueblo desde aquí.
Hierbas altas, cercados, zonas encharcadas...y que nos ocuparon gran parte de nuestro tiempo para poder salvar los escasos dos kilómetros en línea recta y 400 metros de desnivel hacia el collado Dobarganes
-“Son cerca de la una del mediodía y todavía nos queda el Puerto de Riofrío con sus mas de 1000 metros de desnivel para salvar integramente por caminos de montaña.”
La familia de turistas que siguen nuestros pasos hacia el collado Dobarganes.
Al otro lado del collado Dobarganes existe una buena pista por la que descendemos con rapided hacia los pueblos cántabros del puerto de San Glorio.
En la foto se puede ver al fondo el Pico Peña Prieta.
Foto: Estas montañas son aprovechadas por los aficionados al parapente para "despegar" desde sus alturas.
En la bajada al pueblo de Ongayo atravesamos la carretera del puerto de San Glorio para coger la senda que nos marca la Guía... Esta termina en una cabaña depósito y de ahí parece que desciende una senda totalmente cubierta e invadida por el matorral. –“Imposible bajar por ahí”. Vuelta para atrás y vamos por la carretera hasta el pueblo de Vejo donde según las indicaciones de la Guía nos espera un pequeño puerto como el de Dobarganes para volver a bajar y llegar a Ledantes, localidad donde se inicia la subida por pista a Riofrío.
Consultamos mapa y tampoco marca senda alguna. –“¡Como nos metamos aquí ya hemos hecho la tarde¡”- “Pues vamos a coger la carretera para ir a Ledantes que aunque sean mas kilómetros y desnivel creo que ahorraremos tiempo y ya en esta localidad comeremos en su bar.”-
Después descendimos parte de San Glorio para luego remontar por unas fuertes pendientes de asfalto hasta Ledantes. Nos avisan de que aquí no hay tiendas ni bar y para encontrar lo mas parecido a un bar debemos retroceder e ir por unos caminos (Para atajar y no perder excesivo desnivel) hasta el pueblo de Barrio. Sumamos otros 20-30 minutos para llegar al bar de Barrio. Estamos sedientos y hambrientos por la sudada y el esfuerzo.
La “cocinera” tarda en llegar y en prepararnos un improvisado plato combinado. Para Jorge unos filetes con patatas y para mi, que sigo con mi dieta vegetariana, unos espárragos trigueros, un par de pimientos fritos y dos huevos fritos. Todo ello acompañado de un pan seco-seco-seco que fue tarea complicada el poder masticar y tragar un par de trozos...
Escasa comida (por mi parte) para lo gastado en el día y para lo que nos quedaba por hacer en la tarde.
De ahí la debilidad que tuve después para subir el Puerto de Riofrío. Casi un goteo continuo de sudor salía de mi rostro...
No encontraba energía en mis piernas para subir las fuertes rampas que salen desde Barrio y que conectando con la pista de Ledantes más arriba llegan hasta Riofrío.
Debo de subir muchos tramos andando. Mi pantalón de ciclista se tiñó parcialmente de blanco por las sales acumuladas al secarse el sudor....
Jorge me va esperando cada poco. Me comenta cambiar su bici por la mía porque parece que pesa menos y para que pueda subir mas ligero. –“Si que se va algo mejor...”-
Mi amigo me saca un par de fotos para retratar el día de “La pajarona de Kike”. Nunca me ha visto en ésta situación por lo que es una novedad para él.
Tenemos una impresionantes vistas de la cara norte del Peña Prieta y del Macizo Oriental de Picos de Europa destacando la Morra de Lechugales. No lo aprecio ni lo observo como se merece ya que estoy totalmente inmerso con “mi lucha interna”.
Bebo y me hidrato en cantidad. Pero no nos queda comida ya que por la mañana confiamos en poder comprar algo en las tiendas o bares de los pueblos por los que pasamos.
Nada de nada.
Mientras subo estas cuestas recuerdo una frase del famoso montañero Kurt Diemberguer: "Quien ama la aventura no retrocede ante el cansancio porque evitando este perdería aquella".
En los últimos kilómetros de subida al puerto las rampas se suavizan y me vuelvo a montar en la bici. El viento mas fresco a esta altura hace que recupere, en parte, las fuerzas perdidas.
Aquí estoy de nuevo subido en la bici.
Una mirada hacia el norte y los diminutos pueblos cántabros que se observan desde las alturas. (abajo izquierda)
Alcanzamos los pastos de lo alto del puerto donde abundantes vacas pasan los meses estivales. La imponente Cara Norte del Pico Curavacas nos recibe a la entrada al Valle de Pineda. El nacimiento del Río Carrión en una de las escasas lagunas de origen glaciar de las Palentinas; se encuentra a pocos kilómetros de aquí.
Alto del puerto de Riofrio
Cara este del Pico Peña Prieta desde el alto del puerto.
Bajamos por un delicado camino de cantos rodados siguiendo el curso del río.
Se está haciendo tarde y no vamos a poder llegar al Puerto de Piedrasluengas. Me planteo por un momento el ir hasta Vidrieros, fuera de ruta... pero lo descarto en cuando me descalzo para pasar el río Carrión y poder preguntarle a un pastor en la otra orilla sobre la distancia que nos separa de este pueblo.
Le cuento la ruta que nos marca la Guía a seguir. Ésta pasa por el Alto de las Calzadas al sureste del Pico Lezna. –“Eso está muy mal. Es mejor que sigáis descendiendo por el valle para después remontar el río Arautz. Es mas llano.”
Pico Lezna
Le hacemos caso y siguiendo una senda de ganado que atraviesa un “bosque” de retamas llegamos al giro de 90º que hace el Carrión de Oeste hacía el Sur y lugar donde se une al río Arauzt. Son las ocho y media de la tarde cuando vemos un Refugio a la entrada del valle.
Nos acercamos y probamos suerte con la puerta...-“¡Esta abierto¡. Se encuentra en buen estado y mas o menos limpio: Colchones, mesa, velas, y hasta una bolsa de Cacahuetes de la que damos buena cuenta. No vemos fuente ni manantiales cerca por lo que bebemos agua del mismo río a pesar de la presencia de abundante ganado por el valle.
Jorge es algo mas reticente que yo... pero termina también bebiendo del río.
Foto: Atardecer en Fuentes Carrionas.
Intentamos conectar y llamar a nuestra amiga Natalia Domingo que nos espera mañana por la mañana en el puerto de Piedrasluengas para recorrer con nosotros las últimas etapas de la Transcantábrica.
No tenemos ninguno de los dos cobertura.
Decido dar una pequeña vuelta por el valle con los teléfonos móviles de ambos para ver si consigo algo de cobertura, poder llamar y decir a Natalia que tardaremos en llegar mañana a Piedrasluengas.
Pero nada de nada...
-“Igual me subo esa pequeña montaña a ver si conecta...”-
-“Pero...¿ como vas a subir allí? ¡si está anocheciendo¡”. Me dice Jorge
Al final desisto.-“ Mañana probaremos la conexión en la subida por el valle Arauz”-.
A la luz de las velas y nuestras frontales escribimos en el diario el resumen de la jornada ciclo montañera antes de extender los colchones en el suelo y meternos en nuestros respectivos sacos de dormir.
54 km a una Velocidad media de 7,63 km/h en 7 horas 12 minutos empujando y pedaleando. + de 2600 metros de desnivel acumulado.
Aupa!
ResponderEliminarQué jornada más bonita y qué dura sin agua y sin comida. Tiene su mérito el ir así comiendo sólo lechuguitas.
La vista del cambio de rasante con el Curavacas delante de nuestras narices merece el hacer esta ruta.
Jorge.
Hola Jorge; compañero de aventuras¡
ResponderEliminarPues coincido contigo en que fue una etapa extraordinaria por su belleza y dureza. Vaya momentos pasamos ¡¡.
He publicado en primer lugar de rutas de cicloturismo esta de la Transcantábrica porque fue una de las que me dejó mejor recuerdo.
Los retos del "Capitán Pedales" en su libro guía de la Transcantábrica fueron mayores que los que nos puso Yordi Laparra en su libro de la Transpirenaica en BTT cuando hicimos juntos aquella travesía. Mas cañero por las trialeras que eligió para la ruta.
Y sobre las "lechuguitas"... te recuerdo... que con ese mismo "verde" hice el viaje de regreso Burgos-León al término de la transcantábrica en la BTT, con las alforjas llevado más peso (el portatil aparte de lo que´transportamos durante la travesía). Fueron 200 kilómetros en ocho horas y cuarto y en solitario (que se nota cuando no tienes a nadie que te corte el viento).
Y con el mismo combustible nos vimos en la subida al Pico Veleta desde la Alhambra de Granada.
A ver que me dices ahí.. ¿eh?
Un saludo Jorge.
Bravo por los dos "Transcantábricos" Jorge y Kike.
ResponderEliminarY qué pena lo de la "pájara" que te tocó ese día, pues de esa manera no pudiste disfrutar de la etapa como te hubiera gustado. Aún y todo te aplicaste muy bien la frase que citas de Kurt Diemberguer.
Y el refugio en el valle de Pineda para descansar ese día, una gozada!.
Un saludo a los dos,
Javi
Hola Javi.
EliminarSi si. Las pájaras sirven para conocerte mejor, regular mas adecuadamente y sobre todo comer lo necesario para superar lo que se nos presente por delante.
Si se sufre es porque no has calculado bien estas dos últimas cosas.
De todo se aprende¡ no?.
El refugió nos encantó.
Muy cómodo con esa suerte de poder encontrar en su interior varios colchones de la mejor calidad.
Vaya que sí¡¡
Un saludo:
Kike