Vista del Pico Gilbo desde el pueblo de Riaño |
Ruta realizada el 2 de Noviembre del 2014
Integrantes: Sergio, Eduardo, Eva, Noelia, Silvia y Patricia
Para muchos, no hay una mejor estampa montañera de León que el pico Gilbo visto desde las inmediaciones del pueblo de Riaño.
Este precioso pico de silueta alpina se yergue imponente con sus apenas 1700 metros y parece aflorar entre las aguas del embalse del río Esla como una enorme aleta dorsal de tiburón.
En todas las numerosas ocasiones en las que me he acercado a estas montañas del Alto Esla mi mirada se ha posado siempre sobre su atractiva figura.
Durante mis primeros años en la provincia de León, esta modesta montaña, me parecía imposible de acometer a menos que usara cuerda de escalada.
Pasaron cinco años de incursiones por las montañas vecinas hasta que me decidí, finalmente, a atacarla en solitario durante el otoño del año 2007.
En aquella ocasión no sólo pretendía ascenderla sino también pernoctar en su aérea cumbre.
-"¿que mejor balcón para contemplar el ocaso o el espectacular cielo nocturno ?"- Me preguntaba.
Fue un acierto hacer el vivac arriba. Aquella noche la tengo bien grabada en mi mente dada la intensidad de la experiencia.
Pero empecemos relatando el recorrido de la reciente ascensión que hice con unos cuantos amigos.
A continuación el mapa descriptivo:
Mapa del recorrido circular al pico Gilbo |
Aparcamos nuestros vehículos en el apartadero situado al lado del largo puente de acceso a Riaño viniendo desde León.
Cruzamos primero el asfalto para coger la pista que sale enfrente del apartadero y que pasa a través de un hermoso pinar.
El camino bordeará la cola del embalse y se adentrará en el valle del arroyo Vallarqué.
Esta pista, cuando el pantano se encuentra en niveles máximos, queda sumergida parcialmente por las aguas. ( ya me ha pasado en la penúltima ascensión al Gilvo -Julio 2014- tener que salirme de la misma para enlazar los trazos de pista que afloran por la herbosa ladera septentrional )
Es importante el desvío y el abandono de esta pista que seguirá bordeando el pantano
Es justo al cruzar este arroyo Vallarqué cuando debemos tomar una desviación a mano izquierda que seguirá ganando metros al valle a través de un extraordinario bosque de hayas.
Actualmente el comienzo de este camino se ha estropeado bastante ya que están talando ejemplares de hayas y meten por este acceso las máquinas para poder transportar los troncos.
Al principio del bosque destacan avellanos, majuelos y acebos. Luego, las hayas y robles, se hacen casi omnipresentes.
El paso por el bosque se puede realizar sin ningún problema. Aun habiendo pista o senda que en Otoño y Primavera se encuentra bastante embarrada, nos podemos salir del camino marcado para progresar cómodamente entre las hayas.
Remontando íntegramente el valle del arroyo Vallarqué saldremos a un collado herboso en el límite superior del bosque. ( 1300 metros )
Aquí existe un cercado ganadero que nos puede servir de orientación.
Una senda progresa paralela a este cercado en dirección noroeste.
Nos encaminará hasta la cresta este del Gilbo donde se encuentra un collado ( 1450 m ). A mano derecha, muy próxima, dejamos la Peña Sarnosa ( 1464 m ). Enfrente, mirando al norte, tenemos el inexpugnable Cueto Cabrón ( 1500 m ) que emerge entre un mar de hayas en su esplendoroso colorido otoñal.
La senda hitada de ascenso al Gilbo parte de este collado y transcurrirá, a partir de aquí, por la cara norte del pico.
A nuestros pies se encuentra el estrecho desfiladero por el que antaño discurría la antigua carretera que unía Cistierna con Riaño. Hoy sumergido bajo las aguas del embalse..
La senda, con cortos y sencillos pasos de trepada, progresa en diagonal hasta situarse bajo una canal norte situada e la vertical de las dos cimas del Gilbo.
Por ella progresaremos sin problemas los metros que nos restan para llegar a la cresta cimera.
Allí y dejando a mano izquierda la cima este ganaremos en poco tiempo y por nuestra derecha la cumbre principal del Gilbo ( 1679 m ).
Arriba descansamos, nos comemos el bocadillo, disfrutamos de las vistas y sacamos unas cuantas fotos.
Para el regreso descenderemos por otra vía.
Avanzaremos dirección oeste por el alto de la cresta y perdiendo poco a poco metros hacia la peña de los Serrones.
Muy próximo a esta peña y que es, en realidad, continuación del cordal rocoso del Gilbo. Veremos unos hitos que marcan el descenso por la fuerte pendiente de la ladera meridional con vistas al pueblo de Horcadas.
Seguimos los hitos.
Cuando salvamos la fuerte pendiente de roca y accedemos a terreno herboso de menor inclinación, seguiremos una senda que discurre en dirección noreste bajo la pared del Gilbo.
Esta senda parece descender al pueblo de Horcadas. No es este nuestro destino así que nos salimos de la misma para avanzar monte a través hasta cerca del collado donde se encontraba el cercado ganadero y por el que pasamos durante nuestro ascenso.
Recomendable resulta seguir la senda que transcurre íntegramente bajo un espeso bosque de robles y hayas y que sigue por el alto de la loma meridional del Valle del arroyo Vallarqué hacia Collado Robledo ( 1255 metros ).
Desde este collado seguimos avanzando por el alto, siempre bajo cubierta vegetal, hasta llegar a otro collado ( 1176 metros ) en el límite del bosque de robles con el pinar.
Es en este punto cuando debemos tomar la imperceptible senda que se dibuja entre las altas escobas y que sale a mano izquierda para descender a la pista próxima al pantano tras batallar unos metros con el matorral.
Una vez situados en la conocida pista ya solo nos queda avanzar por ella hasta el aparcadero situado al lado del puente de Riaño donde finalizaremos nuestro paseo.
Tiempo empleado: cinco horas y media
Desnivel acumulado de ascenso: Unos 700 metros.
Distancia del recorrido circular: Unos siete kilómetros
A continuación os muestro unas pocas fotos del pico Gilbo retratadas en distintas épocas del año:
Primera imagen de archivo tomada desde el Collado Robledo |
Estampa invernal de Riaño y el pico Gilbo |
Una de las panorámicas más extraordinarias de la provincia de León son las montañas calizas que se yerguen en orientación sur-norte desde el pico Gilbo, pasando por las Pintas, Llerenes, Yordas...hasta el Macizo del Mampodre.
A continuación os muestro una serie de fotos de cada una de las 8 ocasiones en las que he estado en el Pico Gilbo.
De esas ocho visitas he ascendido hasta la cumbre seis veces.
Las dos renuncias fueron en época invernal...todavía se me resiste esta montaña cuando el hielo y la nieve está presente.
No descarto volver a intentarlo, con buen equipo, en la estación fría.
Ascensión y pernocta en solitario. Octubre 2007 |
Con compañeros/as del curro. Noviembre 2007 |
Con amigos/as de Burgos y Ponferrada. Julio del 2008 |
Con Noelia, Gonzalo y Teo. Octubre 2010 |
Última ascensión. Noviembre 2014 |
Kike en el Gilbo. Julio del 2014 |
Intento de ascensión en Febrero del 2012 |
Intento de ascensión. Enero del 2008 |
De todas estas ocasiones nombraré aquí a todos/as que me han acompañado en las ascensiones a este bonito pico: Noelia ( por dos veces ), Eva, Eduardo, Silvia, Patricia, Sergio, Cesar, Marcelino, Conchi, Tais, Isabel, Ana, Oscar M, Rebeca, Oscar, Teo y Gonzalo.
En los dos intentos fallidos en invierno se encuentran; Goyo, Jose, Juan Carlos, Laura R, Laura de Castro, Ángel, Patricia y más...
A continuación, ahora sí, os muestro la tira de imágenes de esta última ascensión al Gilbo:
Tras cruzar el asfalto nos metemos en la pista que transcurre paralela a esta cola del embalse.
Desde aquí destacaremos la vista del Pico Yordas; otro de los montes míticos de la provincia de León.
Somormujo Lavanco -Podiceps cristatus |
Estas preciosas aves tienen una etiología singular.
El baile del cortejo ya es digno de observar y también el momento en el que las hembras transportan a sus pollos recién nacidos sobre su lomo...
A destacar el colorido que presenta en el Otoño este bosque mixto de robles y hayas.
El grueso del grupo nos gana distancia por delante ya que avanzan sin dilación en medio de una animada charla.
Eduardo y yo, por el contrario, nos rezagamos entretenidos como estamos sacando fotos y disfrutando del bosque cromático.
Pico Yordas con su reflejo |
Peña Vallarqué |
Las aguas del embalse, hoy bajas, nos permiten aprovechar la pista en su integridad. En otras épocas es preciso salirse de la misma ya que queda esta parcialmente oculta bajo las aguas.
Esta foto está tomada nada más abandonar la pista que bordea el pantano y coger un ramal a mano izquierda que se adentra en el valle del arroyo Vallarqué.
Da pena ver la tala de ejemplares de haya centenarios...
Eva avanza en cabeza a pocos metros de sumergirnos en el bosque.
Hoy tras las recientes lluvias y el paso de las máquinas de aprovechamiento forestal, la pista, ha quedado muy estropeada convirtiéndola en un barrizal.
Sorprendido me quedo cuando entre la espesa vegetación oigo moverse algo grande acompañado de unos broncos gruñidos.
El resto del grupo no se ha dado cuenta y prosigue unos metros por el camino.
Yo me detengo unos minutos por si estos animales salen a terreno despejado en la pista y poder así sacarles unas fotos.
A primera vista me parecen un par de enormes jabalís.
Luego, y por lo que posteriormente observamos, puede que, estos dos ejemplares, se tratara de cerdos asilvestrados.
Es nuestro amigo Eduardo quien descubre a este inusual habitante del bosque tumbado sobre un manto de hojarasca.
Parece que el animal no se incomoda con nuestra presencia.
Sin lugar a dudas se trata de un cerdo de medio tamaño.
Tras levantarse vemos que cojea de una de las patas traseras.
Parece que la tiene hinchada ...
No sabemos de la gravedad de su lesión pero si sigue en esas condiciones para este próximo invierno...lo va a pasar realmente mal para transitar por la nieve.
Seguimos nuestro avance por el bosque.
Hace rato que abandonamos la embarrada pista para progresar entre el despejado sotobosque del hayedo.
Hoy, un espeso alfombrado de hojas secas, cubre íntegro el suelo del bosque.
En la base de una de estas hayas posan Noelia y Eva.
En esta imagen superior vemos un joven fresno, unas setas sin identificar...y al duende Edu que se cuela en todas las fotos.
Muy llamativos son los también centenarios robles y tilos que crecen salteados entre la omnipresente haya.
Rusula negra purpurea -Russula krombholzii- |
Apagador -Macrolepiota procera- |
Cuesco de Lobo - Lycoperdon perlatum - |
Si prestamos atención a nuestro paso por el bosque podemos ver detalles muy curiosos...
Una de estas "curiosidades" es el ejemplar de Serbal de los Cazadores de más de cuatro metros, anclado literalmente, sobre el tronco hueco de un haya centenaria.
En la imagen, Eduardo, señala la raíz principal del Sorbus aucuparia.
En esta otra vieja haya de ancha copa se han aupado mis amigos...
Y sobre esta otra de tronco musgoso descansan unos segundos Eva y Noelia
Mucídula viscosa - Oudemansiella mucida- |
Lentinelo anisado -Lentinellus cochleatus- |
Llegando al límite superior del bosque nos topamos con un pilón abrevadero medio oculto por los árboles.
En breve alcanzaremos terreno despejado...
Desde esas praderas altura ya se observa próximo el pico Gilbo.
El grueso del grupo a la salida del bosque.
Tras toparnos con la valla que separa este valle del de Horcadas seguiremos por la senda ascendente que se dirige a un collado situado en la cresta este del Pico Gilbo.
A medida que ganamos altura las vistas hacia los montes se amplían...
Los montes compartidos con la provincia palentina son los mas destacados desde esta posición.
Hasta el momento hemos avanzado por la vertiente meridional del pico.
Es a partir del collado, visible en la imagen, cuando accederemos a la vertiente norte por donde continuará la ruta.
Varias vacas aprovechan estos verdes pastos que en breves semanas estarán ocultos por la nieve...
En nuestra vertical queda el boscoso valle Vallarqué por el que hemos accedido hasta aquí.
Eduardo marcha en solitario bajo los pies de Peña Sarnosa.
Una imperceptible senda se dirige al collado entre pinchudos tojos y rosales silvestres.
Eduardo enfila la excursión en los últimos metros al collado.
Enfrente se yergue, de un blanco calizo, la Peña Sarnosa y la Peña Vallarqué.
Otra de las imágenes más espectaculares de la ruta son las vistas del inexpugnable Cueto Cabrón ( 1500 metros ) que emerge entre un mar de hayas con su vestido de gala.
El grupo se detiene unos minutos en este collado con buenas vistas.
Sergio en plena ascensión |
Otra imagen de este animado grupo con vistas al hayedo y al pueblo de Riaño.
A medida que ganamos altura las vistas al Cueto Cabrón se tornan distintas y a su vez es también visible el desfiladero por donde antaño discurría la carretera que unía Cistierna con Riaño.
En esta angostura y bajo las aguas embalsadas se encuentra uno de los pueblos que quedaron sumergidos hace unos treinta años: Huelde. Nombre que dicen provenir de "Guedpe", medieval derivado del euskera "goibe-di" que significa "conjunto de peñas altas".
Existen en esta vertiente septentrional algunos pasos de sencilla trepada que superamos con facilidad.
El grupo se detiene unos minutos mientras nos espera a Eduardo y a mí que nos entretenemos sacando fotos del paisaje.
Eduardo llegando al punto de encuentro. |
A la vista ya tenemos la enorme mole de las Pintas, el pico Llerenes...o el anegado valle de Anciles.
Otras vistas hacia el Cueto Cabrón |
Vistas hacia el pueblo de Riaño |
Y vistas hacia el macizo occidental de los picos de Europa |
La senda hitada enlaza con una canal vertical que se abre entre las dos cimas del pico.
Es por ella por la que debemos progresar para acceder a la cresta cimera.
Salida a la collada situada entre las dos cumbres del Gilbo.
La situada más al este ligeramente más baja que la oeste.
Noelia, en la foto, muestra su satisfacción a la llegada a la cumbre.
Es su segundo ascenso y espera disfrutar más que aquella primera vez en la que apenas no dejó de llover...
Foto de cumbre: Kike, Silvia, Patricia, Sergio, Noelia y Eva ( sentada ). Quien nos saca la foto es nuestro amigo Edu.
Esta otra imagen de cumbre retrata a los mismos pero con distinto fondo...el Yordas se yergue a mi derecha.
Como no podía ser de otra manera, Eduardo, se merece una foto de cumbre para él solo.
A sus pies el desfiladero y el valle de Anciles anegados.
Erodium petraeum |
Curioso es la observación de flora en estas fechas.
En la cima aun resisten, a falta de fuertes heladas, flores de Erodium.
Desde la cima retrato el recorrido que haremos para descender por la cresta Oeste del pico.
Un recorrido muy atractivo que complementará de la mejor manera el entretenido ascenso.
Placa indicadora de cumbre |
Iniciamos nuestro descenso por la cresta Oeste tras haber disfrutado un buen rato en la cumbre del Gilbo.
Esta es otra de las vías normales de acceso al pico.
Y por lo que he visto hasta ahora en distintas publicaciones es recorrido más frecuentado para ascender al Gilbo en invierno.
En esta piedra caliza se adhiere estupendamente la suela de nuestras botas.
Otras imágenes del descenso hacia la Peña de los Serrones ( 1599 metros )
Atractiva, sin lugar a dudas, en todas las vertientes del Gilbo.
Antes de llegar a la cima de los Serrones nos desviaremos por una "senda" hitada en la pared meridional del pico.
En el punto de menor altura de la cresta, donde hay una mancha herbosa, sale la senda hitada hacia nuestra mano izquierda.
En la distancia y mirando hacia el suroeste destacan las cimas del Pico Jano, Jaido y Muga: escenario de mi primer salida a la montaña con mi actual esposa Noelia.
Inicio del descenso por la pared meridional en la ruta marcada con hitos.
Buitre leonado |
Aunque la rocosa ladera presenta fuerte pendiente nos resulta cómodo y divertido el descenso por la misma.
Algunos del grupo, mas habituados a moverse por estas orografías, muestran sus habilidades con progresión más ligera y segura que el resto.
Descendiendo por el caos calizo prestando atención a los hitos que nos marcan la vía.
Relajados ya por este terreno con menor exposición...
Nos aproximamos a la valla ganadera que separa las vertientes de Riaño y de Horcadas.
Seguiremos paralelos a ella en dirección al alto de la loma que cierra el valle Vallarqué por el sur.
Noelia con vistas a la pared sur del pico Gilbo.
Eduardo se ha encontrado este "parasol" que llevará a casa para degustarlo con la cena.
Otras imágenes de Macrolepiotas proceras que nos encontramos a nuestro paso, que aun están cerradas y por lo tanto sin expandir sus esporas al viento.
Macrolepiota procera |
Este es el vallado que nos sirvió de referencia para el ascenso y, ahora, para nuestro regreso por el alto de la loma.
Deberemos saltarlo hacia el otro lado.
Vistas del valle Vallarqué y el pueblo de Riaño
Distinta vista hacia el Gilbo... |
De nuevo nos adentramos entre las hayas.
Este es un paseo agradable 100%...
Eva se muestra a gusto en la entrada al bosque.
No es para menos...
Zoom hacia Edu, Noelia y Eva y el pico Gilbo que asoma por detrás.
Esta vez no hay camino hitado pero el trayecto es evidente si tomamos como referencia no perder altura a ambos lados de la loma ya que esta acaba próxima al aparcadero donde dejamos nuestros coches.
Oudemansiella mucida, |
Eduardo y Noelia bajo un roble centenario. |
En esta parte alta del valle abundan más los robles. Árboles que mantienen por más tiempo su hoja verde que las vecinas hayas.
Manzano silvestre -Malus communis subsp. sylvestris- |
Desde el collado Robledo ( 1255 metros ) tenemos unas estupendas vistas del pico al que acabamos de subir.
Y desde unos metros hacia el interior del bosque...es otra postal distinta.
Esta vez es una joven haya quien ha germinado sobre el tronco hueco de un roble centenario...
Muchos casos de "Alien" en este valle...Para mí, que el famoso director, Ridley Scott, debió fijarse en estos detalles dentro del mundo vegetal para luego adaptarlo a la ficción en su terrorífico films con alienígenas.
Vamos perdiendo metros por todo el alto de la loma.
En el collado ( 1176 metros ) dejamos el alto de la loma para coger la senda que se adentra a mano izquierda entre las escobas.
Otras vistas del Gilbo desde el collado |
El grupo posando en el collado con vistas a las modestas cumbres situadas al sur.
Bajando por la senda hacia la pista que bordea el pantano.
Aquí cerramos nuestra ruta circular.
Ya por terreno cómodo y conocido avanzamos los pocos metros que nos restan hacia el puente de Riaño.
Largo puente de casi un kilómetro bajo el que descansan los restos del viejo pueblo de Riaño.
Terminamos jornada y ruta con visita al pueblo que da nombre a la comarca desde la cual se observa nuestro querido pico Gilbo.
En primer plano se levanta la iglesia de San Martín, traída a Riaño piedra a piedra desde su emplazamiento original en Pedrosa del Rey.
De la iglesia original de Riaño no quedó nada...su voladura en el año 1987 fue casi el punto previo a la anegación del valle. Las resistencias de los habitantes por abandonar sus casas, su tierra y, en definitiva, su vida, fueron escuchadas y vistas en toda España.
Interesante es el blog de nuestro paisano Ramiro Pinto que testimonia fielmente aquellas trágicas fechas.
Con esta referencia nos despedimos hasta una próxima excursión.
Qué extraordinario paisaje de montañas en las inmediaciones de Riaño: Yordas, Peñas Pintas, Gilbo... por citar solo algunas de ellas.
ResponderEliminarSiempre que paso por ahí, al igual que muchas personas que circulan por estas carreteras, no puedo evitar disminuir la marcha o incluso detenerme para poder fijarme un poco mejor en sus espectaculares relieves.
La esbelta figura piramidal de este Gilbo, desde hace años la asocio con la "Montaña de Kike". Y es porque, recordarás, fué cuando nos llevastes a Yordas y la noche anterior la pasaste en su cumbre como ya nos comentas en esta entrada. Bajaste entusiasmado y lleno de emoción por esta experiencia, transmitiéndonos tus buenas sensaciones.
Es tanto lo que te atrae esta montaña (no puede ser para menos) que con esta es ya la enésima ascensión a su cumbre. Yo aún no la tengo ascendida y bien que me gustaría. Espero que algún día llegue su momento. Por ahora he de conformarme con observarla desde la distancia y leer tu crónica ambientada con esta amplia selección de fotos.
Un abrazo,
Javi
Muchas gracias Javi por tu comentario.
EliminarEl Pico Gilvo es una modesta montaña en cuanto a altitud y recorrido pero posee un enorme atractivo.
Es por ello por lo que he hecho uso de sus extraordinarios rincones para atraer o iniciar en la práctica del alpinismo a muchos amigos y conocidos.
Aun habiendo estado tantas veces...todavía me queda pendiente su ascenso invernal o la ascensión a las distintas crestas y picos que se yerguen a la sombra del Gilvo como la Peña Vallarqué o los Serrones.
Desde luego da mucho juego estas montañas de Riaño.
Para cuando quieras podemos intentar una "Integral"...
Un abrazo:
Kike
Sin duda Kike, esta excursión es de un atractivo muy especial.
ResponderEliminarLa simple contemplación de la foto que has elegido como inicio de crónica ya es un indicativo de la belleza de esta cumbre y su emplazamiento pero, al ir adentrándonos en los hermosos bosques que arropan las cumbres de Riaño, disfrutamos aún más de tu ambientado relato, con ese espectacular colorido con el que has plasmado el otoño y ese acolchado manto por el que ascendísteis el hayedo.
'Ojolince y Sra.' hemos ascendido el Gilvo una única vez desde el pueblo de Horcadas pero hoy, con vosotros, hemos recreado nuestra vista pasando de la magestuosidad de hayas y robles al minimalista mundo micológico, del que has aportado una excelente muestra.
Preciosa la estampa del cueto Cabrón entre azulados cielos y aguas, contrastando con las tonalidades ocres y rojizas del bosque de entre el que emerge. Y qué decir de esas vistas del embalse y cumbres de Riaño obtenidas durante la ascensión ya en la vertiente norte del pico.
Eso sí, 'Ojolince y Sra.' pensamos que Edu no ha podido tener mejor recompensa que esa foto de cumbre en solitario, con las Pintas de fondo. ¡Un fotón!
Tras la lectura llegamos a la conclusión de que este recorrido bien merece ser disfrutado más de una vez.
Un abrazo de 'Ojolince y Sra.'
Pd. ¿Estuvo buena la macrolepiota que se llevó Edu?
Muchas gracias Juan Miguel por tu comentario.
EliminarPues si habéis ascendido al Gilbo desde el pueblo de Horcadas yo o s aconsejo que repitáis desde el puente de Riaño. Vaya que merece la pena !
Tiene tal variedad paisajística en corto recorrido; bosques, praderías, roca...y las extraordinarias vistas no tienen parangón.
Desde lejos el pico Gilbo parece inexpugnable...pero una vez que te acercas se ve que posee pasillos por lo que ascenderla cómodamente.
A mí me hubiese gustado haber conocido la zona antes de ser anegada por las aguas del embalse..
Por la oposición que mostraron sus habitantes a la macro-construcción ya da fe de lo que estos valles y pueblos suponían para la vida en estas montañas de enorme belleza.
Sobre la macrolepiota de Edu imagino que le sentaría estupendamente.
Noelia también cogió alguna y las cocinamos al día siguiente en casa. Ricas, ricas...
Os digo lo mismo que a Javier. Queda pendiente la Integral del Gilbo y alrededores...
Un abrazo:
Kike
Hola a todos/as. Precioso y completo blog. Me encanta por todo, pero sobretodo, porque incluís los nombres en latín de todo. Increible. Pefecto.
ResponderEliminarY me ha parecido curioso el Sorbus aucuparia, si no se ve el árbol, solo una raíz, ¿dónde está exactamente el Sorbus?
Espero que sigais con este fantástico blog.
Muchas gracias.
Buenas tardes José Ramón. La foto del Sorbus en el tronco está tomada a distancia. Una vez que te acercas ves las dos especies de árboles que se encuentran sobre la misma base.
EliminarMe alegro que te guste el blog.
Un saludo.
Kike
Hola, buenos días. Acabo de descubrir vuestro blog y la verdad es que es una maravilla. La descripción de esta ruta al Gilbo, que aún tengo pendiente, me ha encantado así como la forma que tenéis de disfrutar en las salidas, prestando atención a los detalles de todos y cada uno de los parajes por los que camináis. Lo dicho, una auténtica gozada. Con vuestro permiso, voy a enlazaros a mi blog. Saludos
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