Cabras montesas en la cresta de las Corcadas de Ceranzo
Ruta realizada el 11 de Junio del 2011
Noelia y Kike
Las Corcadas de Ceranzo se yerguen solitarias en el centro de un círculo de valles regados por innumerables torrenteras que surgen de las entrañas de la peña.
A kilómetro y medio desde la salida del pueblo de Casasuertes y situados en el valle de Praomayor, este se divide en tres: El de Valcarque, el más amplio, hacia el Norte; el Serrón hacia el sur y que nace en las laderas de la Rasa de la Cuenca, y el de la riega de Salceda, que lo tenemos enfrente y es el que seguiremos durante la ruta de hoy para alcanzar el collado de la Cruz (1535 metros), cota mínima del cordal que une la Panda con Valcabao (1881 metros), ofreciéndonos unas inmejorables vistas al éste del valle de Guspiada.
Desde aquí avanzamos hacia el norte con vista al macizo calizo denominado La Calar de Corcadas; Nuestro objetivo de hoy.
Al regreso desde su cumbre exploraremos el Valle de Valcarque desde donde enlazaremos con la pista de subida en el Praomayor.
Mapa de la ruta circular realizada. El punteo en rojo es por la senda por la que deberíamos haber ido y el punteo azul que va paralelo al rojo no es recomendable ya que es zona muy agreste y cerrada por la vegetación. El resto del punteo azul sigue caminos y sendas en buen estado.
Saliendo desde el pueblo de Casasuertes.
Justo a la salida del pueblo siguiendo el curso del río Orza se yergue este risco en la ladera norte del Pico Pandián o Redondo.
El campo en primavera está florido y lleno de vida.
Nos desviamos por el camino de la derecha en dirección hacia el valle de la Riega de Salceda.
A Noelia no se le escapa nada de su potente objetivo de 36 aumentos ópticos.
De nuevo vistas al valle por el que regresaremos.
Vista de la peña Las Corcadas desde el valle
Nos vamos a adentrar en un hayedo para afrontar la subida al collado de la Cruz entre la majada del Corcal y la Panda.
Visita a esta bella cabaña de pastores muy bien conservada.
Desde lejos Noelia me retrata con su cámara a la entrada del bosque.
Bosque con ejemplares de haya centenarios como estos.
Pequeñas praderas se intercalan con el bosque donde se dan bellas flores como las orquideas aquí retratadas.
Dactylorhiza Maculata.
Este enorme toro solitario nos sorprende mientras desciende hacia las praderas del valle.
Vistas hacia el valle que estamos dejando atrás.
Conseguido el collado de la Cruz (1535 metros). Ahora se trata de atravesar esta zona de brezos y retamas por el cordal para llegar a la rocosa parte final de la ascensión. Noelia aprovecha a darse crema para el sol antes de continuar.
Hacia el este se divisan el Pico Murcia (centro) y el Espigüete (derecha)
Estas son vistas hacia el valle por el que ascendimos; La riga de Salceda.
El cordal del pico Pandián o Redondo se observa casi en su totalidad desde aquí
Desde aquí ya se avanza con mayor comodidad ya que la vegetación arbustiva, a medida que se coge altura, no alcanza tanto porte.
Vistas hacia el Oeste y al valle de Valcarque por el que regresaremos.
La cabra montés, además de en el entorno del Yordas y el Susarón (que sepamos), ha sido introducida en las Corcadas, donde es relativamente fácil avistar algún macho solitario o cabradas integradas por hembras y sus crías como las de la foto.
Vistas hacia el macizo de Peña Santa
¿Acentor alpino?
Es impresionante con que agilidad se mueven las cabras montesas por estas superficies rocosas y casi verticales.
-¿Pero que es lo que tienen en las patas? ¿Ventosas?-
Nos recreamos haciendo numerosas fotos al grupo de cabradas. Están en un lugar muy fotogénico y todas ellas posan muy confiadas ante nosotros.
Fácil trepada por una canal para llegar al cordal de cumbres.
Existen bellas flores tan bien adaptadas a estas aturas y escaso suelo.
Aquí estoy en la antecima...Todavía nos queda un recorrido por el cordal agreste de esta solitaria montaña hasta la cumbre principal. Donde me encuentro puede ser el Alto de la Panda (2052 metros) pero no hay buzón que lo certifique.
Ya podemos divisar el vétice geodésico de la cima de las Corcadas.
Y la foto de cumbre por supuesto.
Aprovechamos a disfrutar del paisaje comiendo nuestro bien merecido bocadillo.
Vistas hacia el norte donde se distinguen de izquierda a derecha: La Torre del Friero, el Llambrión situado en un segundo plano, y la Torre de Liordes y Salinas a la derecha.
Descendemos hasta unos 1700 metros para adentrarnos en el valle de Valcarque. Obviamos una senda que sale desde el collado y que desciende a media ladera. Preferimos adentrarnos en el hayedo y proseguir por él. Al rato divisamos esta cabaña en medio del bosque.
No dudamos en inspeccionarla.
No hay sendas... pero seguimos el curso del arroyo. En ocasiones se puede avanzar con facilidad y en otras la espesa vegetación y los cortados de roca del desfiladero nos van poniendo a prueba dificultándonos la progresión.
El desfiladero se vuelve más angosto obligándonos a buscar salidas por alguna de sus vertientes.
Este es el paso más complicado. La verticalidad del mismo empresiona sobremanera. Noelia consigue cruzarlo en una solitaria y arriesgada travesía horizontal. Por mi parte decido investigar un poco antes de atravesar por donde lo hizo Noelia.
Asciendo unos 100 metros hasta llegar a este camino tallado en la pared del desfiladero. Posiblemente la senda a la que obviamos en el collado descendiera por aquí hasta el fondo del valle.
Noelia me espera unos 100 metros más abajo al término de su expuesta travesía. La doy una voz para que ascienda hasta donde me encuentro. Una vez encontrado el camino ya no debemos abandonarlo. El día languidece y se nos puede hacer de noche si seguimos por lo salvaje.
Desde la media altura de la senda tenemos una óptima visión de lo que nos esperaba de haber seguido el curso del río. Este salto de agua nos hubiera complicado el descenso.
Divisamos otra cabaña muy cerca de donde enlazamos con una buena pista.
Desde aquí señalo a Noelia donde se situa la senda tallada en la roca y que salva esas paredes del desfiladero.
Otra cabaña y como somos muy curiosos siempre nos adentramos a ver las comodidades de la misma por si en una próxima ruta por las cercanías decidimos pernoctar en la misma.
Está limpia y en buenas condiciones... pero nos llama la atención estos sacos apilados a nuestra derecha.
-¡¡ Es pienso para jabalies¡¡-
-¿ Que finalidad tienen?-
-¿Puede ser un reclamo por parte de los cazadores para que se acerquen a las inmediaciones de la cabaña y poder dispararles desde sus ventanas?-
Finalizando la ruta volvemos cada poco la vista atrás para quedarnos con los detalles del salvaje valle de Valcarque por donde nos aventuramos y que tanto nos sorprendió.
Son casi las nueve de la noche cuando llegamos al pueblo de Casasuertes.
Han sido solo unos 900 metros de desnivel pero la ruta ha sido bien exigente.
Intensas emociones vividas.
No se olvidarán...
Me gusta esta ruta de las Corcadas y tomo nota de ella para intentar hacerla en el futuro.
ResponderEliminarYa hablaremos...
Hola Javi.
ResponderEliminarSi. La verdad es que nos resultó muy interesante y entretenida la subida a las Corcadas.
Tengo ganas de inspeccionar el valle que sube desde cerca de Portilla de la Reina hacia esta misma montaña...
A ver..
Hoy hemos subido otra montaña por la zona del Alto Río Omaña: El Pico Suspiron: ¡ Otro para el curriculum monañero¡
Este martes próximo salgo con un amigo a pasar dos días por el monte.
A ver que pico se nos pone a tiro..
Un saludo:
Kike