Translate

martes, 8 de mayo de 2012

Transcantábrica en BTT. Prólogo: San Andrés del Rabanedo-Balouta


Foto: Jorge y Kike con las bicis preparadas para la Transcantábrica en San Andrés del Rabanedo.

Casi 20000 metros de desnivel positivo acumulado y cerca de 800 km en 12 días...
Esto era lo que nos esperaba cuando partimos pedaleando desde San Andrés del Rabanedo  en dirección a Balouta en los Ancares. Nuestra Guía era el recientemente editado libro de Juanjo Alonso (“Capitán Pedales”); “Transcantabrica en BTT”. El autor de este libro preparó los itinerarios contando con un coche de apoyo y sin más peso añadido en la bici que lo necesario e imprescindible para una etapa ciclomontañera.
Nos propusimos el reto de cargar con las alforjas por toda la cordillera. Esto nos daría aún mas libertad a la hora de buscar un sitio para dormir y el poder disponer de lo que necesitáramos en cada momento de la ruta.
Jorge y yo nos conocíamos bastante bien de otras aventuras en bicicleta; Eslovenia, Marruecos... aparte de los viajes  que hicimos cada uno por nuestra cuenta o con otros amigos.  Todo ello y entre los dos, sumábamos la suficiente experiencia para poder afrontar este viaje... o eso creíamos.
Éste proyecto, en cambio, iba a ser un tanto diferente...Cambiaríamos  la cómoda carretera con sus  ciudades para abastecernos de lo que quisiéramos por muchos kilómetros de caminos, sendas, veredas pastoriles, trialeras... pasando por pequeños y numerosos pueblos de montaña semiabandonados...
Y  muchas. Muchas y muy bellas montañas, impresionantes bosques caducifolios,  hermosos lagos, ríos bravos, animales salvajes...
Desde luego reunía claramente todas las condiciones para convertirse en un bonito y entretenido viaje.
La dureza física del recorrido no nos asustaba. Sabíamos que regulando y comiendo como en otras ocasiones, lo superaríamos.
Guardamos 2  días a mayores sobre la planificación de las etapas para el caso de  no lograr completarlas en los días establecidos. Y si lo conseguíamos, emplearíamos este tiempo “extra”  para acercarnos a la costa cantábrica y poder darnos un merecido baño en la playa.
Lo que no teníamos tan claro es que aguantaran nuestras modestas bicis. Ambas compradas en el año 1993.
Nada de pedales automáticos, ni de frenos de disco... y la bici de Jorge ni tan siquiera lleva suspensión delantera...
Llevamos diferentes repuestos como; zapatas, radios, cables de cambio y de freno, eslabones de cadena, un par de cámaras, etc.
Jorge puso cubiertas nuevas. Yo en cambio confié en que me aguantasen las que tenía...¡ Que error y que equivocado estaba¡. Menos mal a Natalia que se unió a nosotros los últimos días y que me trajo una cubierta nueva cuando en la mía asomaban ya los hilos...
¡ En mi caso, lo milagroso del viaje fue no pinchar ningún día¡.
Bueno, que estoy adelantando acontecimientos. Empecemos relatando por el principio. Como debe ser.
A nuestro paso por Puente Órbigo.

Merendando en una plaza de Astorga.

Vivac cerca de Astorga.
Aunque la descripción de la ruta Transcantábrica se inicia en Balouta. Nosotros acordamos acercarnos hasta allí montados en nuestras bicis y sin necesidad de coger transporte público. Para ello comenzamos a dar pedales el lunes 27 de Julio a las 18:00 en San Andres del Rabanedo. Tomaríamos el camino de Santiago hasta Ponferrada para después desviarnos hacia el norte por Vega de Espinareda.
Numeroso tráfico en la carretera hacia Astorga hace que decidamos ir por el camino paralelo a esta, algo mas lentos que por el asfalto pero mucho mas tranquilos. Un total de 52 km en 3 horas y cuarto a una media de 16 km/h hasta el lugar del descanso.
La primera noche la pasamos en pleno campo, unos dos kilómetros pasando Astorga camino  Foncebadon. Un vivac en un “acolchado” pastizal rodeados por matorrales y alejados de los ruidos de la carretera principal. Únicamente el canto de los grillos nos acompañaron en la conciliación del sueño que no tardó mucho en llegar.
En Castrillo de los Polvazares.

En Manjarín..

En la Cruz del Ferro. Puerto de Foncebadón.

Pueblo de Molinaseca.

Castillo de los Templarios en Ponferrada.

Nos levantamos poco después del amanecer. Desayunamos frutos secos y los restos de la cena del día anterior; Una vistosa y completísima ensalada de las mías.
Visitamos el cercano y bonito pueblo de Castrillo de los Polvazares. Sus calles empedradas le dan un encanto especial.
Subiendo el puerto de Foncebadon hacia la Cruz del Ferro, adelantamos a numerosos peregrinos.
Un pequeño “pique” con otros ciclistas en BTT y sin alforjas hace que me distancie de Jorge poco antes de la coronación del puerto.
Las sensaciones son muy buenas y me encuentro fuerte... Les dejo atrás.
Arriba junto al montón de piedras amontonadas por los peregrinos alrededor de la Cruz del Ferro nos hacemos una foto y añadimos nuestra piedra en la que hemos escrito; “Transcantabrica Jorge y Kike 28-07-09”
El tiempo es excelente y las vistas que tenemos bajando el puerto hacia el Bierzo son espectaculares.  Pueblos como El Acebo, Molinaseca; preciosos...
Un perro negro durmiendo, hecho un ovillo en mitad de la carretera, en una zona sombría y en  bajada pronunciada hace que me lleve el primer susto del viaje.- “Este es carne de cañón...”-
En Ponferrada paramos a comer y aprovechamos a comprar algunos mapas del I.G.N.

Por San Vicente ruta hacia el norte para los Ancares y fuera ya del Camino de Santiago
Llegando a Vega de Espinareda.

Mi amigo Kike de Ponferrada al que llamo por teléfono me aconseja hablar con un amigo suyo ciclista y montañero para que nos diga la mejor ruta para subir hacia los Ancares.
Realmente no nos defraudó. En Cacabelos tomamos el desvío hacia Vega de Espinareda. Poco antes de Quilos vemos un águila bien distinta al habitual y numeroso ratonero. Se encuentra posada en un cable de la luz a escasos 30 metros de nosotros y nos deja a ambos perplejos...-“¡No te ha parecido eso un...¡”-Y lo pronunciamos los dos, casi al unísono:- “¡¡Un águila real¡¡”-. La primera vez en toda mi vida que consigo ver esta especie tan de cerca.
La estrecha y tranquila carretera comarcal remontando el precioso valle  del arrollo Cúa en la que la sombra de los bosques de fresnos, cerezos y castaños centenarios nos resguardan del intenso sol. Alguna ardilla se deja ver cruzando la carretera. Vamos por el valle que poco a poco se va cerrando hasta formar un desfiladero. Disfrutamos muchísimo y nos encantan estos sitios perdidos.
La carretera acaba en el pueblo de San Vicente y se inicia una excelente pista forestal que durante unos kilómetros sigue paralelo al rió por el desfiladero hasta Vega de Espinareda para retomar después la carretera que va a los Ancares. Subimos el puerto de Lumeras para bajar a continuación a Candín y al río que desciende de las montañas cercanas al último esfuerzo que nos espera de esta dura etapa; El Puerto Ancares; Sus rampas del 16% nos hacen sudar lo nuestro hasta alcanzar los 1648 metros de  altura máxima.
Nos sorprende ver todavía algún NEVERO que persiste en estas montañas como el Miravalles o el Cuiña ya que no alcanzan por poco los 2000 metros de altitud, encontrándonos a mitad del verano como estamos.
La bajada es rápida hasta el pueblo leones de Balouta, cercano a tierras gallegas.
Hoy han sido 122 km, casi 8 horas encima de la bici a una media de 15,8 km/h  y subiendo tres puertos de montaña.
¡Buen prólogo para la Transcantábrica¡
¡Si señor¡  
Llegada a Balouta.


 
 

2 comentarios:

  1. Muy bueno, Kike.

    Estupendo que ya estés elavorando entradas en tu incipiente blog.

    Desde hoy mismo ya tienes un habitual seguidor al que le encantará verte por esta ventana que nos abres mostrándonos tus aventuras de montaña y cicloturismo.

    Javi

    ResponderEliminar
  2. Gracias Javi por tu comentario.
    La verdad es que es entretenido esto de los blogs.
    Ya me he picado y hoy mismo he publicado otra entrada al mismo.
    A ver si te gusta.
    Un saludo

    Enrique

    ResponderEliminar